¿Alguna vez te has preguntado cómo hacerse hueco en el mercado en un mundo en el que parece que ya está todo inventado? Esto, normalmente, ocurre cuando pensamos en crear algo nuevo, ya sea un producto o un servicio, y nos damos cuenta de que ya existe. Aun así, siempre hay algo que podemos hacer de un modo diferente, aportando un valor añadido extra que satisfaga las necesidades de los clientes.
Para llegar a ello, antes debemos documentarnos y conocer bien las ofertas existentes y, en base a eso, darle otro enfoque. En este sentido, encontramos la metodología del design thinking, un modo totalmente disruptivo a la hora de afrontar problemas o procesos creativos por difíciles que sean o parezcan.
¿Cómo aplicar el design thinking?
Este método trata de ir un paso más allá a la hora de crear algo nuevo o solucionar algo que ya existe. No solo se trata de conseguir que funcione, sino de alcanzar la excelencia y el mayor grado de satisfacción de los clientes. Para ello, resulta conveniente seguir una serie de fases para aplicarlo progresivamente y que dé los mejores resultados:
- Empatía: pensar y ponernos en el lugar de los clientes siempre nos dará una aproximación más precisa de qué es lo que realmente necesita y espera.
- Objetivos: debemos definir claramente lo que se pretende conseguir a la hora de aplicar esta metodología para saber el enfoque que tenemos que darle a nuestro producto o servicio.
- Brainstorming: el trabajo en equipo y la colaboración aporta numerosos puntos de vista e ideas que facilitan el camino hacia ese proyecto diferente e innovador que buscamos.
- Propuestas: el análisis de los distintos prototipos nos ayuda a afinar la idea exacta que queremos conseguir para nuestro producto o servicio final.
- Pruebas: antes de lanzar al mercado nuestra propuesta definitiva, debemos hacer las pruebas necesarias mediante encuestas o focus group para obtener el feedback de nuestros clientes potenciales y asegurarnos de que ofrecemos lo que necesitan.
En este sentido, el design thinking o pensamiento de diseño es un proceso que requiere de tiempo y dedicación. Por esta razón, esta metodología encuentra mucha reticencia a la hora de aplicarla. Aun así, esta inversión en tiempo, recursos y esfuerzo puede resultar gratamente satisfactoria ya que los resultados que ofrece si se aplica bien son muy positivos y rentables.
Además, el design thinking no solo sirve para diseñar un nuevo producto o servicio o modificar uno existente. Esta metodología es aplicable a cualquier cosa que nos propongamos en la que queramos destacar y ser diferentes, como, por ejemplo, crear nuevas experiencias de usuario, establecer nuevos métodos de trabajo interno, diseñar planes de carrera o incluso puede ser muy útil para crear tu marca personal.
En cualquiera de los casos, se trata de apostar por ideas innovadoras que resulten más atractivas a los ojos de los demás, de los usuarios, clientes o compañías con el fin de convertirnos en esa primera opción a la que no se pueden resistir.
Sin duda, esta metodología podría incluso convertirse en una apuesta segura dentro de las tendencias en RRHH de 2023, aplicando el pensamiento de diseño para establecer nuevas formas de reclutamiento del talento, de experiencia del empleado o de procesos administrativos, entre otros.