La lucha por la igualdad entre las mujeres y los hombres es una realidad del mundo actual. No obstante, tenemos que echar la vista atrás para ver desde qué punto de desigualdad se partió y observar los avances que se han ido haciendo a lo largo de los años, que han sido muchos, pero todavía queda camino por recorrer.

Entre los aspectos que están pendientes de mejora encontramos el lenguaje, algo en lo que podemos incidir con empeño ya que es algo usamos todos los días y que lo tenemos a nuestro alcance con mucha facilidad. Pero, ¿cómo? Interiorizando algunos usos o variaciones a la hora de comunicarnos para nombrar ambos géneros de forma fluida, ya que dejar de lado las habituales expresiones no será tarea sencilla.

El lenguaje inclusivo es un tema que últimamente ha generado debates, tanto de aceptación como de rechazo, ya que para unos es sencillamente una reivindicación simple que se aleja de otros problemas más importantes mientras que, para otros, en cambio, es un territorio en el que hay que mucho que trabajar.

El problema surge cuando del constante uso del masculino hace que solo tengamos en mente a los hombres, y es por ello que hay aspectos que tenemos que cambiar. Para conseguir esa igualdad entre géneros, hay que visualizar a las mujeres en el lenguaje, bien a la hora de realizar discursos poniendo ejemplos de mujeres o bien en presentaciones, mostrando imágenes de las mismas, con la idea de dar visibilidad a todos por igual. Además de ello, también hay que incluirles en los textos, pero eso no quiere decir que tengamos que redactar textos repetitivos donde mencionemos constantemente a “ellos y ellas”, sino que utilicemos otros recursos para hacerles partícipes.

A continuación, os explicamos los principales puntos en lo que podemos centrarnos a la hora de mejorar la utilización del lenguaje:

  • DESDOBLAMIENTO:
    Se llama desdoblamiento léxico cuando se menciona a los dos géneros en una misma palabra, como, por ejemplo, “Sr./Sra.” o “un/a técnico/a”. La idea es mencionar ambos sexos por igual, dejando de lado el muy utilizado “los niños” para hacer referencia a “los niños y las niñas”. Esta opción se utiliza habitualmente.
  • LOS SIGNOS @/X/E:
    Cuando se utilizan estas alternativas, suelen generar bastantes problemas. Y es que, aunque las consideremos como otra opción para no emplear siempre las mismas, es un recurso que a nivel redacción no se recomienda debido a que no se puede pronunciar como tal. No obstante, a nivel gráfico, como podría ser una pancarta, es más recurrente y, además, los colectivos LGTBI fomentan su utilización para identificar a aquellas personas que no se sienten identificados con ningún género.
  • SUSTANTIVOS GENÉRICOS:
    La utilización de palabras como “el ser humano” en lugar de “el hombre” o “el personal administrativo” en lugar de “los administrativos” contribuyen a la pluralidad del lenguaje en nuestra sociedad. Se recomienda usar sustantivos genéricos, a ser posible si hay neutros, además de otras alternativas, como podría ser omitir el sujeto o emplear los relativos con el objetivo de construir un discurso más variado.
  • PROFESIONES, CARGOS, EMPLEOS Y ACTIVIDADES:
    Con mayor asiduidad estamos viendo cómo la lengua ha ido adquiriendo designaciones profesiones o actividades que desempeñan las mujeres. A pesar del rechazo inicial de la población, con el paso del tiempo estos términos se han ido incorporando en nuestro día a día, como “jueza”, “arquitecta” o “árbitra”, entre otras. Esto es un mero reflejo de la evolución que está llevando a cabo la propia lengua.
  • TÉRMINOS RELACIONADOS:
    El concepto de “feminismo” ha sufrido muchas críticas en los últimos tiempos, pero todo ello debido a una falta de conocimiento. Y es que, la RAE lo define como “el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”, mientras que el machismo lo definiríamos como “actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres”, es decir, no son conceptos equiparables ya que sus significados chocan entre sí.

Estos solo son algunos de los recursos de lenguaje inclusivo que los expertos nos proponen, no obstante, no todas valen siempre. Hay que saber cuál corresponde a cada situación para utilizar la más adecuada, ya que no será lo mismo un texto redactado o un discurso oral. Al fin y al cabo, el lenguaje es una herramienta de comunicación de nuestro día a día y debemos utilizarla de forma más clara e inclusiva posible.

 

Written by despliegatusalas