General Motors, McDonalds, General Electric, Motorola, Boeing… son solo algunas de las empresas pioneras que en la década de los sesenta crearon las primeras Universidades Corporativas, como la “Hamburguer University”.
Estas compañías desarrollaron programas de entrenamiento para sus empleados con el objetivo de transmitir conocimiento y desarrollar habilidades necesarias para ejecutar las tareas laborales. En España, no fue hasta el año 2000 cuando Unión Fenosa introdujo esta práctica, por lo que, este concepto de universidades corporativas no es un concepto nuevo, aunque no todo el mundo tenga conocimiento respecto él.
La universidad corporativa es un modelo de aprendizaje que están adaptando las grandes empresas con la finalidad de formar a sus empleados. Esta formación no se trata de un catálogo de cursos, sino que va más allá y engloba un conjunto de estudios enfocados a un contexto muy concreto y alineados con los objetivos empresariales de la compañía.
La idea es que los conocimientos que puedan ofrecer estas universidades tengan un impacto directo en los resultados de la compañía, favoreciendo de esta forma el crecimiento personal y profesional de los mismos. Habitualmente, estos centros de formación son compuestos por escuelas divididas según el tipo de contenido, como podría ser de idiomas o de competencias digitales, entre otras, ya que dependerá del tipo de empresa y las necesidades que tenga. Además de ser un motor para el aprendizaje de las competencias específicas y el desarrollo de los empleados, a través de la Universidad Corporativa también podemos captar talento y unificar la cultura empresarial.
A continuación, nombramos algunas de las ventajas de implementar una universidad corporativa en la empresa:
- Estructuración del plan de carrera: gracias a la incorporación de sistemas de gestión de control se puede hacer un seguimiento en vivo del desempeño de los alumnos.
- Alcance universal: este tipo de formación está al alcance de todos los empleados ya que se lleva a cabo de forma online con la ventaja de la adaptabilidad de los horarios según las necesidades de cada uno.
- Refuerzo del compromiso: los colaboradores se sienten comprometidos con su aprendizaje y eso les ayuda a desarrollar un sentimiento de pertenencia que les hará sentir que son parte importante de la empresa. Todo ello contribuye a un aumento de la motivación y mejora de la productividad.
- Aceleración del proceso de desarrollo: esta formación contribuirá a que los empleados estén perfeccionando habilidades y competencias del día a día, impulsando su crecimiento individual, que tendrá efecto a nivel grupal también. Esto influirá también en la estrategia de atracción y retención de talento.
- Mejora del clima laboral: la satisfacción personal incrementa y hace que las relaciones laborables se fortalezcan, reforzando el sentimiento de equipo. Además, se crean equipos integrados y comunicados que comporten visiones comunes.
Por último, destacar que, como toda inversión, esta también tiene su retorno: aumento de la rentabilidad de la empresa. Todo ello es el resultado del conjunto de todos los aspectos comentados anteriormente.
A pesar de ello, montar una universidad corporativa no es una sencilla tarea. Se encuentran diferentes obstáculos que dificultan la implantación, como la falta de recursos y equipos especializados para poner en marcha el proyecto, entre otros.
En definitiva, la Universidad Corporativa es una herramienta que genera riqueza a la compañía a través de la formación que ofrecen a los empleados y es por ello que su implantación está cogiendo protagonismo entre las grandes empresas. Y es que todo aprendizaje laboral tiene un efecto positivo en el conjunto de la organización, tanto a nivel económico por la mejora de la productividad como a nivel humano con la generación de sinergias profesionales entre miembros de diferentes equipos.