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COMUNICACIÓN CORPORATIVA

Actualmente, damos por hecho que la comunicación corporativa forma parte esencial de la estrategia de las empresas, aunque no todas son conscientes de la importancia de este aspecto. Se trata de una de las herramientas más importantes para alcanzar un buen posicionamiento en el mercado. Los fallos o errores en la comunicación corporativa suelen acarrear importantes consecuencias, tanto en la eficacia como en la reputación de la compañía. Conviene por tanto tener siempre presentes los aspectos de base de una buena comunicación corporativa. ¿Quieres saber cómo potenciarla?

Empecemos por su definición. La comunicación corporativa es el conjunto de mensajes que una empresa difunde a todos los grupos de interés (clientes, accionistas, empleados, proveedores, sociedad, etc.). El objetivo es conseguir una relación impecable con todos los públicos y, para ello, desarrolla una serie de acciones con el objetivo de conectar a la organización con las personas que la integran o con un público externo.

¿Por qué es cada vez más indispensable la comunicación corporativa?

La comunicación corporativa se ha convertido en un pilar fundamental para las grandes empresas, ya que además de tener un gran número de clientes, también cuentan con un importante número de empleados, y en este contexto la comunicación debe ser la herramienta para transmitir la imagen de la compañía a todos los públicos objetivos con la mayor eficacia y coherencia.

Resulta imprescindible que la imagen que proyecta una entidad sea positiva, ya que la reputación es un aspecto clave que no debemos descuidar. El correcto funcionamiento de la comunicación contribuirá a alcanzar el éxito y a destacar entre la competencia.

La ausencia de una estrategia de comunicación dentro de la empresa puede tener como consecuencia la falta de confianza de los colaboradores y clientes, pudiendo llegar a perder cuota de mercado e influencia en su aspecto externo y desmotivación de los empleados en el interno.

Tipos de comunicación corporativa

Llevar a la práctica una buena comunicación corporativa implica que lo hagamos de manera coherente en sus dos vertientes, la externa y la interna:

-La comunicación interna. Es el conjunto de actividades que permiten crear una comunicación efectiva entre los propios integrantes de una empresa. Informar, comunicar, motivar y fidelizar al equipo es fundamental para obtener buenos resultados. Los empleados de una organización son embajadores de la marca y por ello debemos mimar la comunicación interna contando con los medios y recursos adecuados a tal fin.

-La comunicación externa. Es el conjunto de actividades destinadas a crear, mantener o mejorar las relaciones con diferentes grupos de interés. Para asegurarnos de que la comunicación será exitosa, tenemos que estudiar factores externos, como pueden ser la competencia o la situación socioeconómica, para ser capaces de crear nuestro propio territorio de comunicación y conectar con los grupos de interés, afianzando los valores de la marca para poder diferenciarnos de la competencia.

Elementos de la comunicación corporativa

En la comunicación corporativa es crucial cuidar que todos los mensajes y acciones que emanan de la compañía sean coherentes y tengan impacto sobre los diferentes grupos de interés, tanto internos como externos:

  • El emisor. En las grandes compañías hay diferentes emisores en función del grupo al que nos dirigimos. Desde comunicación corporativa nos dirigimos a un amplio colectivo para afianzar la reputación e imagen de marca, mientras que desde marketing y ventas lo hacemos para conectar con los clientes y en comunicación interna con los empleados. Pero es importante que los emisores estén coordinados para evitar disonancias y aprovechar sinergias.
  • El receptor. Es el público que recibe el mensaje y reacciona ante él. En el caso de la comunicación interna serían los propios empleados, en la comunicación externa sería el target que hemos marcado, es decir el grupo de personas al que va dirigido el producto o servicio.
  • La estrategia. Es la adaptación de los mensajes que se quieren transmitir usando un lenguaje adecuado. La estrategia para los dos tipos de comunicación supone una forma de unificar y establecer directrices a seguir. Gracias a una buena planificación estratégica vamos a conseguir que todas las comunicaciones se unifiquen bajo un mismo patrón. En el caso de la comunicación interna vamos a conseguir crear sentimiento de unión en el equipo; en el caso de la externa vamos a crear y reforzar los valores de marca.
  • El mensaje. Es la información que recibirá el receptor. Resulta fundamental que el mensaje que se emita sea claro y conciso en lo racional y potente en lo emocional, ya que cuando llegue al empleado/consumidor, este se creará una imagen y una impresión sobre la empresa o la marca que permanecerá en su memoria y será bien percibida. Un mensaje mal emitido puede desvirtuar la realidad de la empresa.
  • El canal de comunicación. Es el vehículo que se utiliza para hacer llegar los mensajes. Puede utilizarse uno o varios canales, hoy ya no hablamos de multicanal sino de omnicanal. El objetivo es siempre llegar a la totalidad de receptores. En el caso de la comunicación interna, las reuniones, comunicados vía email, eventos corporativos, intranet, blog o revistas, vídeoconferencias, etc. son canales ampliamente utilizados.

    En la comunicación externa, internet está adquiriendo una posición cada día más dominante, debido tanto a los avances tecnológicos como a la adopción y uso por parte de los consumidores de nuevas maneras de comunicarse. No obstante, estamos en un momento delicado en el que lo “nuevo” debe convivir con “lo tradicional”, ya que siguen utilizándose medios convencionales como la televisión, la radio, blogs, newsletters, etc., aunque estos también están sabiendo adaptarse a los nuevos tiempos y tendencias.

  • El proceso de decodificación. Es la interpretación del mensaje por parte del receptor, y como consecuencia este emitirá una respuesta. Si el mensaje ha sido claro y conciso, el proceso de decodificación debería ser favorable. En el caso de la comunicación interna, por ejemplo, si el canal utilizado es una reunión o una vídeoconferencia, además de las palabras, se tienen en cuenta los gestos, el énfasis, el tono, etc. En cuanto a la comunicación externa, si vemos un cartel, nos fijaremos en el copy y el diseño gráfico. A menudo, nos encontramos con campañas publicitarias con una dirección de arte tan bien acabada, que podríamos decir eso de que “una imagen vale más que mil palabras”. En muchos casos recordamos las imágenes pero no recordamos la marca o producto, por lo que debemos ser capaces de unir siempre lo “útil” y lo “agradable”.
  • La medición de resultados. Es la respuesta del público que recibió el mensaje. Si ha sido eficiente el proceso de decodificación, como consecuencia la medición de resultados será positiva. Habremos logrado transmitir el mensaje que queríamos. En comunicación interna, si organizamos un evento, debemos medir la asistencia, el grado de satisfación, la memorización y valoración de los temas tratados… En comunicación externa, ante el envío de una nota de prensa, debemos medir cuántas noticias han salido publicadas, su extensión, el impacto, etc. En los medios digitales resulta más fácil, ya que todo está concebido para que sea medible, como el número de visitas a la web, el tiempo están en la página, etc., en una red social el número de menciones, RTs, seguidores, etc.

En definitiva, es importante diferenciar comunicación corporativa interna y externa, y saber que son complementarias e indispensables. Una extraordinaria comunicación corporativa tendrá como consecuencia hacer match con el receptor, lo que significa el comienzo de una relación que, sabiendo cuidarla, será la base indispensable para permanecer en el recuerdo de los grupos de interés durante mucho tiempo.

 

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MEJORAR EN NUESTRO TRABAJO: UNA CUESTIÓN DE PAUTAS Y HABILIDADES

A pesar de que el teletrabajo se está imponiendo cada día más como forma de organización laboral, todavía son muchas las empresas en las que sus empleados acuden cada jornada a su puesto de trabajo. Dado que pasamos un tercio de nuestra jornada en el mismo, adoptar buenas costumbres y pautas nos ayudará a conseguir mejores resultados, con un menor esfuerzo personal y una mayor eficiencia profesional.

Afortunadamente, esta nueva filosofía de trabajo en remoto que se está implantando está suponiendo un cambio positivo y progresivo de la figura del empleado. Poco a poco, se está ganando autonomía y flexibilidad, combinando la vida profesional y la personal y, aunque al principio parecía contradictorio, los estudios y los hechos demuestran el aumento de la productividad y satisfacción de los empleados.

Sin embargo, hay que admitir que acudir al trabajo, ya sea a diario o de forma puntual, nos permite reforzar la cohesión y sensación de comunidad. Sentir la cercanía y la energía de los compañeros proporciona sentimiento de unión y de equipo.

Quizás lo más acertado sea combinar ambas formas de trabajo y así aumentar el rendimiento y la eficacia de los empleados, además de poder ganar en calidad de vida.

Algunas pautas y consejos que nos ayudarán a mejorar en nuestro día a día

Trabajar en la oficina seguirá siendo algo habitual en nuestro entorno laboral, aunque vayamos adoptando en la medida de lo posible el teletrabajo, por lo que nos centraremos de manera breve en algunos errores que casi todas las personas cometemos en mayor o menor medida. Ser conscientes de ello es el primer paso para poder mejorar.

-No saber manejar las emociones negativas. En algún momento de nuestras vidas todos atravesamos por una situación delicada (salud, famila, estrés…) que llega a afectarnos tanto en lo personal como en lo profesional. Como consecuencia, resulta complicado abstraernos y aparcar esa situación cuando estamos en nuestro puesto de trabajo. Sin embargo, esto puede resultar contraproducente al generar una mayor preocupación y estrés.

Para manejar este tipo de problemas, muchas empresas disponen de talleres de coaching, (internos y externos) que pueden ayudar a gestionar este tipo de situaciones y poder adoptar las medidas necesarias para encontrar soluciones adecuadas a cada persona, a cada situación. En muchas empresas ya existen servicios de atención psicológica a empleados y dentro de la PRL ya se evalúan los riegos psicosociales.

-Gestión errónea de prioridades. En numerosas ocasiones, cuando nos encontramos en el trabajo atendiendo alguna tarea importante, de repente nos llega un email y dejamos todo lo que estamos haciendo para leerlo. Aunque a priori pueda parecer lo correcto, lo cierto es que esto conlleva la ralentización del trabajo, además de la pérdida de concentración ante lo que estábamos haciendo. Saber determinar prioridades es esencial para un mejor rendimiento.

-Gestión del email. Si pudiéramos contabilizar la cantidad de horas mensuales que pasamos enviando y/o recibiendo correos, quizás la cifra podría sorprendernos. A menudo, hacemos un uso erróneo de esta práctica y esencial herramienta de comunicación, cayendo en la multiplicación de correos en un hilo de mensajes infinitos.

Evitar esto requiere en muchos casos simplemente que descolguemos el teléfono, hablemos con la persona indicada y posiblemente resolvamos todas nuestras dudas en un momento, ahorrando tiempo y energía, la nuestra y la de los demás.

-Gestión de tareas. Resulta común que utilicemos nuestro propio cerebro como “bloc de notas”. Siempre pensamos que estará todo ahí cuando al día siguiente volvamos a la oficina y encendamos el ordenador. Sin embargo, no somos máquinas y es muy probable que algo se nos escape si no tenemos una lista de tareas con sus correspondientes plazos y compromisos de ejecución. La solución sería que cada día y cada semana establezcamos una lista de tareas pendientes, así evitaremos fiarnos únicamente de nuestra memoria y que se nos vayan quedando temas en el olvido.

-Evitar distracciones. A la hora de estar en el trabajo rodeados de compañeros, es fácil que nos nazca de forma espontánea mantener conversaciones sobre temas laborales o personales con las personas que están a nuestro alrededor. Esto es positivo, porque denota que hay un ambiente agradable, sin embargo, no podemos dejar que este tipo de comunicación (adicional a nuestro ámbito laboral) ocupe gran parte de nuestra jornada. Lo más adecuado es que escojamos momentos como la comida, el café, un descanso o la espera entre reuniones, para conversar con nuestros compañeros.

-La importancia del feedback. Cuando estamos en el trabajo, solemos dar por hecho que todos estamos informados de todo, pero no siempre es así. De forma periódica, ya sea a diario o semanalmente, debemos reunirnos con nuestros compañeros para poner en común nuestras tareas, hacer estatus, definir carga de trabajo y de pioridades. Es importante que todos estemos al tanto de lo que están haciendo nuestros compañeros. Siempre puedes aprender de los proyectos y de la forma de trabajar de los demás para poder aplicarlo a tu propio día a día.

-No parar el flujo de papel. Cuando trabajamos desde casa, somos capaces de llegar al final de la jornada sin haber impreso ni un solo papel y sin que esto haya supuesto ningún obstáculo en el desempeño de nuestras funciones. Sin embargo, cuando nos encontramos en la oficina, de forma inconsciente, imprimimos documentos a veces de manera innecesaria, por facilidad, para realizar nuestras tareas. Deberíamos concienciarnos y llevar a la práctica la filosofía “oficina sin papel”. Para ello, tenemos que digitalizarnos cada día más, optar por archivar en la nube, trabajar con facturas electrónicas, revisar documentos a través de nuestro ordenador emplazando notas sobre un pdf, etc.

Si ponemos rigor y conciencia en los detalles que acabamos de describir, lograremos conseguir una excelente comunicación interna y, sobre todo, conseguiremos que nuestra forma de trabajar sea lo más eficiente posible.

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LA INTRA-COMUNICACIÓN

intracomunicacion

DIRECCIÓN DE EQUIPOS EN TIEMPOS DE TELETRABAJO

En muchas compañías, el teletrabajo era ya un proceso analizado, pactado, medido, justificado e implantado con el apoyo de la dirección, los responsables y las organizaciones sociales de las empresas. Esta consolidación es un hecho demostrado gracias a los estudios realizados por importantes empresas consultoras y por los pilotos de las primeras implantaciones de este proceso, aportando, como veremos, grandes ventajas y algunos inconvenientes.

Las ventajas de esta forma de trabajar son múltiples, desde el ahorro de tiempo y dinero en los desplazamientos de los empleados, siempre que estos utilicen el transporte individual, hasta una mayor flexibilidad y tiempo para la conciliación, aumento de la productividad, reducción del absentismo laboral y, sobre todo, la generación de bases de confianza, de responsabilidad y de compromiso entre el empleado y la compañía.

Sin embargo, también conlleva ciertos inconvenientes, como la desmaterialización del espacio y del entorno de trabajo, el individualismo, una cierta desvinculación con el resto de personas y hasta de la propia compañía, así como una mayor dificultad en el aprendizaje. Esto se debe principalmente a la pérdida del apoyo y conocimiento del equipo y/o de los responsables, que pueden estar más centrados en la ejecución de las tareas en el corto plazo, llegando a perder de vista proyectos más longevos.

Ahora bien, a las condiciones propias del teletrabajo se añaden las del confinamiento, como las de compartir el espacio con el resto de la familia, la ansiedad por la situación laboral y social, la desaparición de fronteras y horarios en casa, la gestión del tiempo familiar y laboral… Pero quizás los mayores inconvenientes provienen de los propios comportamientos sociales de los responsables y de los empleados.

El empleado, al estar más distanciado de los círculos de poder y decisión, en otras palabras, del jefe, puede llegar a sentir una cierta invisibilidad, un anonimato y una pérdida de influencia, en cierto sentido perjudicial para su carrera, no porque no se vea el trabajo, sino quién lo realiza. Para el responsable, la ejecución de las tareas es lo más importante, por encima de cómo y quién lo ejecuta.

El responsable, el jefe, también ve inconvenientes en esta nueva forma de trabajar, pues debe acostumbrarse a dirigir equipos a distancia, a generar y transmitir confianza y a confiar a su vez en el buen hacer de los empleados. Sin embargo, siente que su poder, su influencia y su liderazgo también pueden verse mermados, ya que su papel como referente se difumina y puede llegar a desaparecer.

Por ello, la organización de las tareas y equipos, la motivación y la comunicación son esenciales en este nuevo entorno.

Utilización de los canales adecuados

Vivimos en una sociedad omnicanal y por lo tanto tenemos que saber distinguir cuál es el más adecuado al momento y la situación. Es una cuestión de equilibrio.

  • El email es un excelente soporte a nivel individual y de equipo, pero no es el único, aunque sea cómodo y asegure la trazabilidad. El aspecto a tener en cuenta es el de controlar el flujo en el envío poniendo en copia únicamente a las personas estrictamente necesarias, con el fin de evitar las largas cadenas y la recepción de emails innecesarios.
  • La llamada telefónica es idónea para asuntos que requieran poco tiempo y rápida ejecución, para la resolución de dudas o puntualizaciones.
  • La vídeollamada es otro canal obligatorio, porque nos permite mantener una cierta presencia física, personalizando el contacto siempre y cuando no se abuse en exceso. La creación de chats es indispensable para agrupar a las personas que trabajan sobre un mismo proyecto utilizando todas las herramientas disponibles para compartir la información.

Organización del trabajo

Si al final queremos obtener buenos resultados y ser eficientes, debemos empezar por planificar una buena organización. Y aunque a lo largo del proyecto y del trabajo siempre van a surgir imprevistos, estos serán más fácilmente resueltos si partimos de una base.

  • Tener en cuenta la carga de trabajo individual y del resto del equipo para equilibrar esfuerzos y evitar sobrecargas que penalizan y comprometen los resultados.
  • Ser conscientes de fortalezas y debilidades buscando siempre el equilibrio, adjudicando las tareas a las personas más competentes en cada caso y tratando de buscar las personas y equipos de apoyo para las personas que lo necesiten.
  • Realizar una planificación lo más ajustada posible a la realidad y a las circunstancias, de manera clara para que todas las personas puedan visualizar el estado y la evolución de los proyectos, para corregir los posibles desvíos y realizar los ajustes necesarios.
  • Coordinar esfuerzos y personas, ya que el resultado final depende de que cada persona realice correctamente la tarea que le ha sido encomendada y sea consciente del trabajo del resto del equipo.
  • Supervisar las tareas a medida de los avances para detectar errores y evitar la repetición y/o acumulación de los mismos, ya que en algunos casos un error, por pequeño que sea, puede acarrear importantes consecuencias.
  • Compartir la información y el conocimiento, ya que en la dispersión perdemos ese contacto personal y la inmediatez en la respuesta a las dudas y del trasvase de conocimiento de los más a los menos expertos.

Comunicación y motivación

En el teletrabajo, y más en las condiciones actuales, tenemos que ser conscientes del nuevo entorno y de las condiciones materiales y anímicas en las que están inmersas las personas. Por ello, es necesario:

  • Saber gestionar los momentos y los tiempos,pues las personas no están solas en casa y tienen que gestionar su trabajo y lograr que además sea compatible con el de los demás miembros de la familia.
  • Crear espacios y momentos de comunicación para tomar el pulso de las personas y equipos, favorecer el espíritu de equipo frente a la deriva individual, detectar estados de ánimo o de estrés, inculcar un espíritu positivo, compartir momentos agradables, laborales o no, y buscar la complicidad generando confianza, responsabilidad y compromiso.
  • Gestionar dudas y/o conflictos con agilidad ya que, en la dispersión, actuar con rapidez es esencial para que un pequeño problema, una pequeña duda, no se transforme en un conflicto y tenga un impacto no deseado sobre la propia persona y sobre el resto del equipo.

Esperamos que estos consejos te ayuden a llevar a cabo una mejor gestión del trabajo y de las personas, en beneficio de todos.

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ONBOARDING DESDE CASA

PROGRAMA DE ACOGIDA PARA EL TELETRABAJO

El proceso de Onboarding tiene comienzo el primer día de incorporación de un empleado a su nueva empresa. Este protocolo trata de ayudar a los colaboradores a adaptarse a su nuevo entorno de trabajo para que puedan desempeñar sus funciones de manera más cómoda y efectiva. En los últimos años se ha convertido en una de las prioridades para los profesionales de recursos humanos en el momento de recibir a nuevos empleados, por su alta efectividad en la mejora en el rendimiento y por su efecto en la retención del talento.

Cada vez, más empresas se dan cuenta de que no se puede dejar a los nuevos empleados sin asesoramiento los primeros días. Es necesario preparar su llegada para que comprendan el funcionamiento de la compañía, conozcan a sus compañeros y se familiaricen con su lugar de trabajo. Por el contrario, hay muchas empresas que todavía no toman en serio este proceso, que debe involucrar a la gerencia y otros empleados y que puede durar hasta 12 meses, ya que no están dispuestas a hacer esta fuerte inversión en tiempo y recursos.

Si hablamos de organizaciones que contratan trabajadores remotos, este proceso de acogida se hace todavía más necesario. Las compañías que contratan empleados para teletrabajo se enfrentan al desafío de crear un proceso de incorporación que cumpla los objetivos de una acogida presencial y que genere el mismo nivel de engagement que tiene un empleado que entra  cada mañana por la puerta de las oficinas de la empresa.

En el caso de empresas presenciales, dar la bienvenida a sus nuevos empleados en persona hace que sea más fácil; pueden responder dudas, dan a conocer a los miembros del equipo y pueden tener una idea de cómo interactuarán entre sí. No tener oportunidades para vincularse a través de reuniones en persona no es la situación más ideal para un nuevo empleado, pero hay formas de preparar un programa de incorporación para empleados remotos que minimice las desventajas de la descentrelización.

Estas son algunas de las mejores prácticas para incorporar empleados remotos e integrarlos en la cultura de empresa. Algunas de ellas se ayudan de las nuevas tecnologías, pero otras no:

Conexiones cara a cara

En el caso de que no se pueda llevar el empleado remoto a la sede durante la primera semana de orientación, deberemos usar la videoconferencia y software de mensajería interna para presentar el nuevo integrante del equipo a sus compañeros de trabajo. La videoconferencia permite a los empleados mantener contacto visual y observar expresiones faciales que son importantes para la comunicación interpersonal y para consolidar relaciones personales.

Conocer las Instalaciones

También es importante que los trabajadores virtuales tengan una idea de cómo respira y opera su organización, hasta que sea posible conocer las instalaciones. Si la compañía ya tiene imágenes o videos del interior de sus oficinas, se pueden preparar recorridos virtuales que brinden a los trabajadores remotos una idea del entorno de la empresa. Un recorrido virtual que permita a los recién incorporados ver a sus compañeros de trabajo en acción puede ayudar a reducir la sensación de aislamiento.

Establecer horarios

En este mundo tan globalizado vemos, cada vez más, que tanto compañías internacionales como grandes empresas, comienzan a contratar empleados sin importar la parte del mundo en la que viven. Debemos tener en cuenta a los empleados remotos que viven en lugares e incluso zonas horarias diferentes. Por ello hay que elaborar un horario de disponibilidad idóneo para que el empleado pueda asistir sin problemas a las reuniones del equipo.

Documentación

Debemos proporcionar al nuevo empleado documentación sobre su proceso de incorporación para que pueda consultarlo en busca de respuestas y orientación siempre que lo necesite.

No solo debemos comunicar el proceso de Onboarding, sino que tenemos que verificar que los nuevos empleados entienden sus tareas y los sistemas informáticos que utilizarán en su trabajo. Es bueno detallar al inicio de la incorporación los próximos proyectos en los que van a encontrarse, los líderes que tiene la organización y el acceso a los recursos compartidos de los empleados.

Establecer expectativas

Debemos comunicar claramente nuestras expectativas a los nuevos empleados, mediante un documento o un portal de comunicación, antes de que estos comiencen a trabajar. La incorporación de empleados con una imagen clara de sus funciones es la base de las contrataciones exitosas. Tanto la empresa como el trabajador remoto deben tener claros los valores de la compañía, los objetivos del equipo y las metas individuales. También deben establecerse plazos para las revisiones y los hitos de cada proyecto.

¡Hay que hacer equipo!

Debemos asegurarnos de que el resto del equipo acepta a la nueva contratación, para ello tenemos que conectar al nuevo empleado con sus líderes y con los miembros más veteranos del equipo en una relación supervisada. Además, estos ayudarán a que el empleado comprenda mejor los objetivos y valores de la empresa.

Es importante que los nuevos empleados se conviertan en una parte funcional del equipo. Al presentarles a otros miembros del equipo y comunicarles dónde acudir en busca de ayuda, construiremos relaciones que son importantes para la satisfacción laboral y el rendimiento.

Refinar el proceso de incorporación

Debemos revisar el impacto y resultados del Onboarding en cada nuevo proceso que implementemos. Documentar y evaluar cómo reaccionan al proceso de incorporación los empleados nuevos y los existentes. Descubrir qué funciona mejor para la incorporación de trabajadores remotos consultando a aquellos que han tenido experiencias similares.

Después de que los nuevos trabajadores remotos hayan estado en sus trabajos por un tiempo, debemos preguntarles si les aportó ayuda la estrategia de incorporación. Al evaluar y mejorar constantemente el proceso de incorporación, podemos ayudar a los trabajadores remotos a adaptarse fácilmente a sus nuevas funciones y mejorarlo para futuras contrataciones remotas.

La incorporación de cualquier nueva contratación es importante, pero las contrataciones remotas proporcionan desafíos especiales (y oportunidades) en la construcción de nuestros equipos.

Trabajar de forma remota puede ser un desafío para aquellos acostumbrados a un espacio de trabajo compartido tradicional, por lo que debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que los nuevos empleados virtuales se sientan lo suficientemente cómodos. Los empleados remotos que sienten una conexión con su empresa estarán más motivados para causar una impresión positiva.

 

 

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