Desde que el mundo es mundo, el ser humano ha utilizado sus conocimientos y habilidades para tratar de satisfacer sus necesidades y mejorar su calidad de vida. En sus orígenes, el término trabajo se entendió como un “trueque” de intereses, una manera de subsistir, un “sacrificio” de tiempo y esfuerzo a cambio de una remuneración, sin embargo, ha terminado convirtiéndose en una labor a la que dedicamos gran parte de nuestro día y resulta imprescindible que nos llene.
¿La pasión es necesaria para el éxito laboral?
Si te paras a pensarlo, la pasión es el motor que rige nuestras vidas; la mayoría de toma de decisiones y de aventuras en las que te embarcas, responden a una serie de estímulos gobernados por tus emociones.
Gran parte de tu energía diaria la dedicas a trabajar, si no estás satisfecho con lo que haces, estás descuidando tu bienestar emocional y asumiendo que una cantidad importante de horas de tu semana, las vas a dedicar a hacer algo que no te produce satisfacción.
“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Confucio
En base a esto, ponerle pasión a lo que haces, tiene múltiples consecuencias positivas como las que te contamos a continuación:
Aumenta la excelencia. Cuando haces las cosas con entusiasmo, das lo mejor de ti para que todo salga especialmente bien. Te preocupas en cuidar hasta los detalles más insignificantes y buscar la perfección y lo extraordinario es algo con lo que disfrutas.
Fortalece tus habilidades. Si te deleitas con tus labores, consigues que de forma inconsciente trabajes para mejorar tus competencias, querrás superarte a ti mismo, adquirir nuevas capacidades y acumular experiencia.
Aviva la energía. Levantarte cada mañana sabiendo que vas a pasar las próximas horas haciendo algo que te apasiona es un placer inigualable. Además, supone una sobredosis de vitalidad y motivación.
Reduce el estrés. Cuando haces algo que te gusta, tu mente y tu cuerpo lo notan, sientes que estás en armonía contigo mismo y que estás tomando el camino adecuado, el que te hace feliz y no el que ejerce de puente entre tus necesidades y un salario a final de mes que las cubra.
Deja de importar el reloj. No cabe la menor duda de que cuando estás disfrutando de algo, las horas vuelan, te olvidas de mirar el reloj y la jornada pasa tan rápido que casi ni te das cuenta. “La batalla contra el tiempo” es algo con lo que tienen que lidiar la mayoría de empleados que se encuentran insatisfechos con su puesto de trabajo; no te sientas atrapado en una lucha en la que tienes la oportunidad de no combatir y busca lo que te haga sentir entusiasmado.
Mejora tu calidad de vida. Dedicarte a algo que te llene no solo te hace feliz mientras lo estás realizando, sino que influye en el resto de ámbitos de tu vida. Y es que, tu bienestar emocional en el trabajo, para bien o para mal, irremediablemente condiciona tu actitud ante el resto de situaciones ajenas a tu puesto de empleo.
A fin de cuentas, tu trabajo es tu cobijo diario, si estás a gusto con lo que puedes encontrar dentro de él, habrás hallado un lugar maravilloso en el que vivir y ser feliz.
“El único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces. Si no lo has encontrado todavía, sigue buscando. No te acomodes. Como con todo lo que es propio del corazón, lo sabrás cuando lo encuentres”. Steve Jobs