Una vez identificados los sesgos que tenemos en nuestro día a día en el trabajo, nos centraremos en la gestión de esos impulsos inconscientes que dan lugar a situaciones incómodas que pueden afectar a nuestro entorno más cercano. A continuación, comentamos diferentes estrategias que se puede llevar a cabo dentro de una empresa:
Reconocimiento de los sesgos
En muchas ocasiones, pensamos que nuestra percepción del mundo es la verdadera, pero debemos ser conscientes de que es nuestra visión, nuestra realidad, y eso no quiere decir que el resto de las personas vean las cosas como nosotros. Por ello, debemos admitir y asumir que solemos caer en sesgos inconscientes, aunque no sea una tarea sencilla, es necesario tener consciencia de que nos pasa, de esto modo, comenzaremos a poner especial atención en evitarlos a través de entrenamientos de concienciación y educación, por ejemplo, para que la toma de decisiones sea más inteligente y objetiva. A pesar de ello, será más fácil poder verlo en otras personas que en nosotros mismos. Por esa razón, tendremos que centrarnos en la habilidad de empatizar con los demás.
Atención al cansancio
Cuando estamos cansados, nuestra mente se ve afectada y con ello nuestro estado de ánimo, y es ahí donde pueden aparecer los sesgos… Hay que prestar atención al bienestar físico y mental, así evitaremos tomar decisiones en momentos que no estamos en pleno rendimiento. Realizar técnicas de coaching antes de la toma de decisión o llevar a cabo técnicas de respiración y movimientos nos pueden ayudar a conectar con nosotros mismos, y de esta forma recuperar el razonamiento correspondiente para poder afrontar reuniones estratégicas.
Apoyo en compañeros
En ocasiones, cuando estamos valorando una decisión, tener en cuenta una visión externa puede ayudarnos a valorar si estamos teniendo un razonamiento lógico o si estamos inconscientemente siendo “absorbidos” por alguno de nuestros sesgos. Así pues, acudir a un compañero de otra área puede servir para coger perspectiva de la situación y ver las cosas desde otro punto de vista.
Eliminación de sesgos en reclutamiento, ascenso y evaluación
Desde el inicio, se debe hacer hincapié en suprimir cualquier tipo de sesgo en los diferentes procesos dentro de una empresa, desde en el reclutamiento de nuevo personal, pasando por el ascenso de categoría de los empleados y acabando en la evaluación del desempeño de los mismos. Por ejemplo, a la hora de buscar un candidato para una vacante, elimina los nombres de los curriculums para llevar a cabo una selección a ciegas con el objetivo de contratar a los mejores candidatos, dejando de lado el tipo de género o condición física. Será fundamental implementar prácticas de selección libres de prejuicios o sesgos hasta ir interiorizándolos.
Fomento de la diversidad e inclusión
Si un grupo de directivo incluye a componentes de diferentes generaciones, géneros y funciones, contribuirá a obtener perspectivas variadas de los asuntos que se traten. No obstante, también puede haber complejidades debido a esas diferencias y, por ello, hay que poner el foco en trabajar ese aspecto en los grupos de trabajo, realizando acciones formativas que transmitan los beneficios que nos reporta la diversidad. A raíz de esto, conseguiremos que todos los empleados, independientemente de su género o cargo de responsabilidad (cerrando las barreras entre altos responsables y los empleados), tengan una relación normalizada que permita promover una cultura de igualdad dentro de la compañía, haciendo que todos los empleados sean participes del éxito de la empresa. Hay que mostrar la importancia de la igualdad de oportunidades y cerrar la puerta a posibles diferencias que pueda haber internamente, rompiendo las barreras iniciales marcadas por las desigualdades entre los colaboradores de las compañías.
En definitiva, tenemos un trabajo individual y colectivo que realizar para dejar de lado estos sesgos que en muchas ocasiones se apoderan de nosotros y pueden tener repercusiones, tanto profesionales como personales. Y es que, aprender gestionarlos, nos ayudará a crecer como personas.