Inteligencia emocional

La forma de relacionarnos con los demás no solo es importante en el entorno personal, también lo es en el terreno profesional. En nuestro empleo estamos continuamente en contacto con otras personas, ya sean compañeros, clientes, proveedores, etc., y crear vínculos positivos con ellos nos servirá de apoyo en nuestros proyectos. Un buen empleado necesita desarrollar una serie de habilidades que le ayuden a controlar sus emociones y, como consecuencia, esto repercuta de forma efectiva en sus relaciones con el resto.

Cada vez son más las empresas que demandan empleados con cualidades ligadas a la inteligencia emocional. Se trata de la capacidad para reconocer y entender las emociones, ya sean propias o de otra persona, ahondar en ellas y conseguir así ajustar esas emociones a la situación en la que nos encontramos o lograr un determinado objetivo.

¿Conoces la importancia de la inteligencia emocional en el ámbito laboral?, ¿eres consciente de lo que te puede beneficiar profesionalmente? Teniendo en cuenta que las emociones son el motor de la vida, aprender a controlarlas te asegurará una mayor satisfacción laboral.

Habilidades imprescindibles para desarrollar inteligencia emocional

A menudo nos preguntamos si la inteligencia emocional es un rasgo innato en las personas o si, sin embargo, tenemos la capacidad de desarrollar y mejorar estas habilidades psicológicas. La realidad es que es una facultad que se puede ejercitar. A continuación, hablamos sobre algunas competencias básicas para lograrlo:

-Autoconciencia. Se trata de la capacidad de reconocer tus propias emociones, ser consciente del efecto que tienen sobre determinadas situaciones. Desarrollar autoconciencia te ayudará a poseer mayor autocontrol y, en consecuencia, gestionar tu mundo interior. En el ámbito laboral es habitual que en determinadas situaciones te sientas frustrado. Si no consigues reconocer este sentimiento, hay muchas posibilidades de que desemboque en ira y, por consiguiente, te alejarás de conseguir tus objetivos.

-Autorregulación. Se trata de la habilidad de detectar tus emociones y saber expresarlas de forma correcta. Tan importante es reconocer tus emociones como aprender a controlarlas para manejar efectivamente tus pensamientos y conductas. Si sabes administrar tus propias respuestas emocionales, podrás desarrollar relaciones profesionales mucho más óptimas. Te convertirás en una persona más flexible y que se adapta mejor a los cambios.

-Competencias comunicativas. Se trata de la capacidad para interactuar de forma apropiada con los demás. En el entorno profesional hay habilidades sociales muy valoradas, como es el caso de la comunicación verbal y no verbal, la capacidad de persuasión o la capacidad de liderazgo. De nada sirve autorregular tus emociones si no vas a saber canalizarlas para expresarlas de manera adecuada.

-Empatía. Se trata de la destreza a la hora de detectar las emociones y sentimientos de los demás. Sin embargo, esta competencia no se limita a descubrir estados emocionales, sino también a dar una respuesta adecuada. Si en tu trabajo notas que un compañero está frustrado porque un proyecto no ha tenido los resultados que él esperaba, si eres una persona empática, tratarás de ponerte en su lugar y con tus palabras aliviar ese sentimiento de desánimo.

Beneficios de la inteligencia emocional en el trabajo

Ser una persona inteligente emocionalmente puede ayudarte a lograr mayor satisfacción en tu trabajo, esto se debe a que alcanzas un estado anímico equilibrado, lo cual contribuye a tu propio bienestar y al del resto de compañeros que te rodean. A continuación, te presentamos los principales beneficios que se pueden obtener:

-Ayuda a tomar mejores decisiones. Conocerse a uno mismo es la principal premisa a la hora de abordar una situación. A veces resulta más complicado comprenderse a uno mismo que a los demás. No obstante, cuando logras obtener un juicio propio sobre tu persona, resulta mucho más fácil tomar decisiones acertadas.

-Evita el estrés y la ansiedad. Aprender a controlar tus emociones te protegerá del desgaste del día a día en el trabajo. Conseguirás evitar altos niveles de estrés si identificas los comportamientos que lo provocan y, de este modo, generas emociones que se alejen de ese estado de cansancio mental.

-Mejora las relaciones interpersonales. La inteligencia emocional ayuda a entenderte mejor a ti mismo, pero también a los demás. Esto da lugar a relaciones más respetuosas y beneficiosas.

-Aumenta la motivación y ayuda a alcanzar metas. El autoconocimiento favorece a que, si te encuentras en una situación, por ejemplo, de desánimo, no decidas tirar la toalla. De algún modo te convierte en una persona más positiva y logras ver el vaso “medio lleno”.

-Favorece la capacidad de liderazgo e influencia. Tener autocontrol sobre tu persona te ayuda a ser más seguro de ti mismo y, por lo tanto, te vuelves un mejor líder. Esto se debe a que tienes la certeza de que vas a poder abordar cualquier situación que se te presente, a pesar de que pueda resultar complicada.

El valor de la inteligencia emocional en el trabajo es cada vez mayor, y es que el coeficiente intelectual no lo es todo; es imprescindible desarrollar la capacidad de comprender y usar información emocional para alcanzar el éxito laboral. Entre las habilidades más demandadas por las empresas en sus empleados se encuentran algunas soft skills muy relacionadas con la inteligencia emocional, las cuales son incluso más apreciadas que determinadas capacidades técnicas.

Written by despliegatusalas