Tiempo atrás, afirmaríamos casi con los ojos cerrados que el salario económico es el principal motivo por el que los empleados deciden trabajar en una empresa u otra. Y es que, en primera instancia, resulta evidente que esto es uno de los factores más importantes a valorar a la hora de optar por un trabajo.
Pero, ¿y ahora? Cada vez más, vemos grandes cambios en el entorno laboral que llevan a los propios empleados a ser más precisos y rigurosos en el establecimiento de prioridades a la hora de trabajar en una compañía o, por otro lado, cambiar de trabajo.
Ya no solo es el dinero la única motivación. Ahora, preocupan otros aspectos que antes no se tenían tanto en cuenta. Todo esto da lugar al fenómeno salario emocional, el cual incluye todas aquellas condiciones que un empleado valora en conjunto a la hora de decantarse por una oportunidad laboral u otra.
Aspectos como la conciliación entre la vida laboral y la familiar, el ambiente de trabajo o la posibilidad de desarrollo profesional, son algunos de los motivos que los empleados más valoran. Condiciones que aumentan la seguridad y la motivación del empleado en la empresa, aportando beneficios tanto para este como para la propia organización.
Beneficios para el empleado:
- Mayor flexibilidad y autonomía: dan mayor libertad a la hora de organizar y llevar a cabo el trabajo durante la jornada laboral. Un hecho que se ha visto propiciado por la pandemia que provocó de manera prácticamente inmediata la llegada del teletrabajo.
- Equilibrio: entre la vida personal y laboral que permita compaginar las tareas de ambos ámbitos sin sentir que falta tiempo para llevarlas a cabo.
- Motivación: el reconocimiento del progreso laboral por parte de los altos cargos hacia sus empleados, hace que estos se sientan parte de un todo, como una pieza clave e importante necesaria para el desarrollo óptimo de la organización.
- Crecimiento y desarrollo: la formación y la implicación del empleado hace que pueda avanzar y completar su carrera profesional en la empresa, adquiriendo nuevos conocimientos con la posibilidad de progresar y subir de puesto.
Beneficios para la empresa:
Para las organizaciones poder ofertar un salario emocional a sus empleados y a los potenciales, es una forma de retener y atraer nuevos talentos. Condiciones muy valoradas por estos últimos que hacen que se sientan más satisfechos y completos en su trayectoria dentro de la empresa. Lo que provoca, así mismo, mejores resultados y mayor compromiso por parte de los empleados a la organización, reduciendo en gran medida la tasa de abandono.
¿Y cómo lo implantamos en nuestra filosofía corporativa?
En primer lugar, se trata de saber qué es lo que realmente interesa y buscan los empleados en su desarrollo laboral dentro de la empresa. A partir de ahí, implantar un plan de acción que tenga en cuenta e incluya los deseos de los mismos, para más tarde comprobar y medir que a su vez se están cumpliendo los resultados esperados.
Finalmente, realizar ajustes en función de si resulta necesario o no según los resultados obtenidos en la fase anterior.
Para conseguir esto, establecer un Employee Journey Map nos permite valorar y evaluar de forma general y precisa el camino del empleado a lo largo de su trayectoria dentro de la compañía. De esta forma podemos anticiparnos, en cierta medida, en cómo hacer de cada paso que este dé, una experiencia única y satisfactoria.
Además, todo esto se puede conseguir si nos planteamos un giro totalmente diferente a la hora de establecer la estructura organizacional de la empresa. En este sentido, se trataría de pasar a ser una organización teal donde se elimina la estructura piramidal y jerárquica poniendo al mismo nivel a todos los empleados de la empresa, considerándolos igual de importantes y necesarios.