Organización líquida

Recientes estudios afirman que en 2021, el 40 por ciento de las compañías no existirá en su forma actual. Este dato tan contundente corresponde a una tendencia en auge: la transformación de las empresas hacia un modelo de organización más flexible y horizontal, o lo que se denomina como “organización líquida”.

La digitalización y la velocidad de los cambios en un entorno cada vez más disruptivo, son algunas de las causas que han provocado esta transformación en muchas compañías, las cuales han comenzado a romper sus esquemas para fluir como una masa de agua líquida que se adapte a las nuevas necesidades.

ORGANIZACIONES LIQUIDAS VS EMPRESA TRADICIONAL

Para los expertos en RRHH, sólo aquellas compañías que sean capaces de flexibilizar su estructura, que tomen en cuenta al equipo por encima de todo y que se adapten a la realidad de un mundo digitalizado lograrán competir en el mercado.

La razón es sencilla, en un entorno en el que los cambios externos y los avances tecnológicos son cada vez más rápidos, las organizaciones han de adaptarse por satisfacer nuevas necesidades, no solo de los clientes externos, sino también de los propios empleados.

Con respecto a la empresa tradicional, la organización líquida marca grandes diferencias:

  • Lejos de la premisa tradicional de contemplar los cambios como un riesgo o amenaza, una compañía líquida considera el cambio como una oportunidad para la mejora. Por ello han de moldearse y adaptarse al entorno para desarrollarse y sobrevivir.

  • En una empresa líquida, las estructuras de trabajo jerárquicas dan paso a una organización integrada por equipos flexibles y multidisciplinares, que se van formando para dar salida a cada proyecto. A medida que cambian los proyectos, también lo hacen los profesionales que lo desarrollan.

  • La influencia de los trabajadores millenials hace que lo realmente importante en estas organizaciones es el valor que aporta el trabajador mediante sus conocimientos y aptitudes. El individualismo, el aprendizaje y la especialización son factores clave, que no dependen sólo de la empresa, sino del propio trabajador. Los profesionales de este tipo de compañías no sólo se forman para ser mejores empleados, sino para mejorar como individuos.

LA VOZ DEL EMPLEADO

Dentro de este entorno de cambio constante, los trabajadores no sólo han de satisfacer las necesidades del cliente, sino que además han de buscar la excelencia de la customer experience. Para ello se hace necesario aumentar el grado de compromiso de los trabajadores con la misión de la empresa.
Es en este punto donde la empresa líquida ha de dar prioridad a la “voz al empleado”. Para conseguirlo, es fundamental facilitar la comunicación con los trabajadores, definir claramente que se espera de ellos y fomentar una cultura corporativa de bienestar del empleado.

En este punto, se hace necesario que la empresa obtenga el feedback directo del grado de satisfacción de los trabajadores. Una de las herramientas más utilizadas por las organizaciones más flexibles es la denominada encuesta de compromiso o engagement survey, que mide no sólo satisfacción de los empleados sino el grado de compromiso que estos tienen para cumplir la misión de la empresa.

En todo caso, la transformación de las compañías hacia un modelo más flexible y horizontal, con trabajadores que colaboren por proyectos sin una estructura tradicional exige un gran esfuerzo de adaptación, no sólo para la empresa sino de los propios empleados. Además, nos encontramos ante la posible resistencia de algunos trabajadores a abandonar el concepto más tradicional de su puesto de trabajo, con salarios fijos y oficinas localizadas. Esto exigirá, por parte de aquellas compañías que quieran evolucionar hacia modelos de liquidez, que pongan por delante la voz del empleado, así como una adaptación progresiva a los intereses de sus trabajadores para que puedan escoger el modo en el que se relacionan con la organización.

Written by despliegatusalas