Debido a la situación sanitaria vivida a raíz del Covid-19 y los confinamientos domiciliarios establecidos, las empresas actuaron inmediatamente y pusieron a disposición de los empleados todas las herramientas para que pudieran seguir desempeñando sus tareas desde casa. Actualmente, la situación va mejorando y vamos recuperando aquello que llamamos “la nueva normalidad”. En esta situación, los empleados están empezando a volver a la oficina, pero la pregunta de muchos es: ¿cómo llevar a cabo esa vuelta? La respuesta por parte de las empresas está siendo clara: modelo híbrido de trabajo.

Un modelo híbrido de trabajo implica una combinación en la forma de trabajar, un equilibrio entre el trabajo presencial y el trabajo de forma remota. No obstante, no hay un criterio común sobre el número de días que le corresponde a cada forma y es por ello que cada empresa lo está implantando de forma diferente. Algunas empresas han optado por trabajar 3 días a la semana en casa y dos en la oficina, otras han implantando el teletrabajo permanente con encuentros puntuales para tratar reuniones y mantener los vínculos, y también hay organizaciones que completan parte de la jornada laboral en la oficina y lo restante en casa.

Este modelo supone una gran oportunidad para los colaboradores, ya que mantiene las ventajas del teletrabajo sin renunciar a la calidad y cercanía de las relaciones de los miembros en los días de oficina, reforzando así el sentimiento de pertenencia a la compañía y grupo de trabajo.

Entre las ventajas que nos proporciona este modelo de trabajo, encontramos las siguientes:

  • Adaptabilidad: este modelo está pensado para todos los empleados, tanto para los empleados más afines a trabajar en la oficina como los que prefieren hacerlo desde casa.
  • Movilidad: esta fórmula consigue facilitar la movilidad a cualquier nivel, bien por problemas físicos como por falta de transporte público. Además del ahorro que puede suponer en tiempo de desplazamiento, evitando el tráfico en horas puntas en las grandes ciudades.
  • Flexibilidad: permite una mejor conciliación familiar, pudiendo encontrar un equilibrio entre la vida personal y laboral. Además, facilita el apoyo del cuidado de personas dependientes. Todo ello contribuye a una mayor satisfacción por parte del empleado y eso se verá reflejado en una mejora de la productividad.
  • Ahorro de costes: las empresas no tendrán la necesidad de disponer de espacios de trabajo con grandes dimensiones para albergar a todos los empleados debido a que no todos los empleados no coincidirán a la vez en la oficina.

Por otro lado, también podemos encontrarle desventajas a este nuevo modelo de trabajo, como las que comentamos a continuación:

  • Desvinculación: trabajando desde casa perdemos todo el contacto directo con los compañeros de equipo. La falta de socialización puede suponer un problema de estrés para muchos colaboradores.
  • Acondicionamiento: no todos los empleados disponen del espacio acondicionado para poder trabajar en buenas condiciones.
  • Problemas de salud: el hecho de estar más tiempo en casa hace que aumente el sedentarismo y la fatiga visual, así como otros problemas de salud. Además, tener a nuestro alcance cualquier alimento puede hacer que comamos más de lo habitual y alimentos menos saludables.

En definitiva, los modelos de trabajo híbridos permiten a los empleados disponer de una mayor autonomía, tener una flexibilidad horaria y una conciliación entre la vida laboral y personal; y todo ello contribuirá a que los empleados estén más contentos y satisfechos en la compañía.

Written by despliegatusalas