En un mundo repleto de numerosas y variadas opciones de productos, servicios e información, diferenciarse resulta vital para hacerse un hueco en el mercado. Así, las empresas definen su cultura o filosofía corporativa en base a una serie de valores para distinguirse de las demás, tratando de conseguir ser la primera opción de todas. Para ello, no hay mayor verdad que las acciones valen más que mil palabras y que las empresas deben predicar con el ejemplo. En este sentido, existen diversos modos de poner en práctica estos valores para que el compromiso con ellos sea real. Un ejemplo de ello son los voluntariados corporativos.
¿Qué es un voluntariado corporativo?
Supone la posibilidad de formar parte de una acción colaborativa, en la que cualquier empleado que esté interesado participe voluntariamente con la causa. Normalmente, aunque se marque la puesta en marcha desde la empresa, esta iniciativa suele estar iniciada por una ONG con la que se colabora. En cualquier caso, se trata de crear un equipo que quiera involucrarse con la misma. Los mercadillos solidarios, la recogida de alimentos, la visita a hospitales o centros educativos, etc. son las actividades más habituales.
¿Qué beneficios aporta el voluntariado corporativo a la empresa?
Potencia la RSE: a través del voluntariado corporativo la empresa queda reflejada como actor social de referencia que involucra su actividad empresarial con el compromiso de ser responsable con el medioambiente.
Alineación con los valores empresariales: realizar un voluntariado corporativo pone en práctica los aspectos que forman parte de la filosofía y cultura corporativa. De este modo, los empleados se identifican con ellos, los conocen en mayor profundidad y se integran mejor en la propia organización.
Mejora el clima laboral: el voluntariado corporativo rompe con la rutina y fomenta un ambiente más distendido en el que forjar nuevas relaciones profesionales. Un modo diferente de involucrar y motivar a los empleados que al mismo tiempo potencia la productividad de estos.
Mejora el employer branding: apostar por nuevas acciones corporativas como el voluntariado aumenta y mejora el compromiso y la satisfacción del empleado con la empresa. Esto proporcionará beneficios a corto y largo plazo para la empresa a la hora de fidelizar el talento y atraer nuevos.
Del mismo modo, el empleado también obtiene una serie de beneficios a la hora de implicarse con el proyecto del voluntariado; ya que, a la hora de ponerlo en marcha, desarrollan importantes capacidades que favorecen su desarrollo profesional tales como el trabajo en equipo, liderazgo, habilidades en comunicación o inteligencia emocional entre otras.
¿Cómo poner en marcha un plan de voluntariado corporativo?
Definición: en primer lugar, debemos tener claro con qué causa nos queremos involucrar y qué objetivos pretendemos conseguir con ello en relación con los valores que se quieren potenciar.
Establecer objetivos para los empleados: qué metas o beneficios pueden obtener con el desarrollo del voluntariado para garantizar la máxima colaboración posible, ya que de esto dependerá, principalmente, el éxito del voluntariado.
Plan de comunicación: para que el proyecto funcione adecuadamente y todos los implicados vayan en la misma dirección es importante informar previamente de todo lo necesario a través de los distintos canales corporativos.
Ejecución: hay que contar con los recursos necesarios y tener en cuenta todas las fases anteriores para cumplir con cada uno de los objetivos marcados. Igualmente, es importante que todos el equipo, empleados y altos cargos, estén motivados y alineados con la causa.
Evaluación: como en cualquier acción, evaluar los resultados obtenidos, así como las distintas fases del proyecto nos aportará un feedback que nos permitirá conocer si merece la pena o no hacerlo.
En resumen, definir una cultura corporativa a priori, puede parecer sencillo. Lo realmente complicado es implantar esta cultura como filosofía de trabajo entre los empleados y transmitirla correctamente al exterior. Es decir, no basta únicamente con definir unos valores de marca si luego no se hace nada con ellos.