Las empresas cada vez son más conscientes de la relevancia de encontrar y retener el talento para impulsar su negocio y aumentar los niveles de productividad. Para ello, están implantando diferentes metodologías, con el objetivo de mejorar los resultados y conseguir mayor eficiencia, como sería la implementación de programas de mentoring, entre otros.

El origen de la palabra “mentor” viene de lejos, exactamente de un personaje de la Odisea de Homero. Y es que, Mentor fue el escogido por Ulises, al partir a la guerra de Troya, para que acompañase y apoyase a su hijo Telémaco en tiempos de dificultad, convirtiéndose en esa persona cercana de apoyo y confianza. De esta forma, Mentor, acaba dando nombre a un concepto esencial de las empresas hoy en día.

El mentoring es una metodología en la cual una persona experimentada (conocida como mentor) ayuda y transmite información y conocimiento a una persona que acaba de llegar a una empresa, denominada como, “mentee”, con el objetivo de facilitar su adaptación a un nuevo entorno y capacitarle para su futuro profesional. Y es que, gracias a este tipo de acciones, las organizaciones no solo están facilitando en relevo generacional, sino que están consiguiendo que las personas que entran nuevas en el negocio adquieran la cultura, los principios y los valores de la empresa por parte de empleados con más experiencia.

Para llevar a cabo esta práctica y obtener resultados excelentes, la elección del mentor es fundamental. A continuación, detallamos algunos de los aspectos que tendremos que tener en cuenta antes de decidir que empleados tomarán parte en el programa.

Voluntario: esta labor tiene que salir de uno mismo.

Paciente: al tratarse de un encuentro entre 2 generaciones diferentes, la persona encargada deberá disponer de esta habilidad para saber llevar a lo largo del tiempo la relación a buen término.

Generoso: a la hora de transmitir información y conocimiento, tiene que haber generosidad y, además, el mentor debe ser capaz de volcar su conocimiento y experiencia en el “mentee” de una forma inspiradora.

Persuasivo: cuando surjan dudas o problemas, el mentor debe ser persuasivo con el mentee, a través de un buen razonamiento y no imponiendo unos criterios por tener el papel de mentor.

Rol: el mentor debe tener claro cuál es su papel y saber qué expectativas se tienen de su desempeño. La empresa proveerá al mentor de toda la información y apoyo necesario para obtener el mejor resultado posible de la aplicación del mentoring.

Habilidades: la persona encargada del mentee debe tener buenas habilidades sociales y de comunicación que le ayuden a entablar una relación de confianza y respeto con el nuevo empleado.

El mentor elegido podrá poner en práctica su sentimiento de liderazgo, lo que en el futuro puede ayudarle a promocionar dentro de la empresa, ya que a través de este programa se fomentan las habilidades profesionales. Si el programa obtiene buenos resultados, la compañía reconocerá el buen desempeño del mentor y esto hará que su nivel de confianza y motivación aumente, siendo todo esto un claro ejemplo de las consecuencias del éxito del programa.

Ya son muchas las empresas que están implementando un programa de mentoring por los efectos positivos que causa. No obstante, para que una empresa logre esos beneficios debe tener en cuenta diferentes aspectos:

Seleccionar el mentor idóneo: para llevar a cabo un programa de este tipo, es imprescindible encontrar a las personas correctas, ya que tienen que ser un ejemplo a seguir.

Establecer objetivos: desde el inicio hay que marcar unos objetivos claros y trabajar en el desarrollo de ciertas competencias profesionales. También se marcarán las áreas en la que se trabajará.

Supervisar el proceso: se recomienda que desde un inicio se realice un plan de seguimiento semanal o mensual para verificar que el programa sigue su curso. Por ello, solicitar informes de seguimiento a las partes implicadas ayudará a comprobar el avance, grado de satisfacción y el aprendizaje llevado durante el programa.

Implementar este programa tiene beneficios tanto para el mentor como para el mentee, pero también la empresa saca ventaja de ello. A continuación, nombramos algunas de ellas:

  • Se mejora la productividad y resultados de ambos empleados.
  • Reduce la curva de aprendizaje.
  • Se incrementa el compromiso con la empresa.
  • Se retiene el talento.
  • Aumenta la motivación por parte del mentor, se siento más valorado e importante dentro de la empresa.

En resumen, el mentoring es una inversión para la creación de equipos productivos y motivados que debe ser aplicado con una buena planificación, que permita el aprendizaje, la motivación y la retención del talento. Además, una mayor seguridad y confianza en un nuevo empleado se reflejarán en un aumento de la productividad y bienestar del mismo.

 

Written by despliegatusalas