El Departamento de Recursos Humanos está adquiriendo cada vez más protagonismo en las empresas que buscan empleados con un perfil adecuado para determinadas vacantes. Y es que la gestión de personas es fundamental para lograr una cultura organizativa óptima y para alcanzar los objetivos globales de la compañía. Una de las herramientas que está siendo más útil para los equipos de RRHH a la hora de medir el desempeño de los empleados es el Performance Manager. Se trata de una forma de gestionar el rendimiento de las personas que trabajan en una organización.
Con la ayuda de este método de gestión se podrán medir las laborales en relación a objetivos marcados previamente de los empleados. Todo ello basándose en estrategias, metodologías y tácticas anteriormente marcadas.
Además de evaluarse el desempeño de cada empleado de forma individual, esta disciplina también mide el desempeño del equipo y del departamento. Por tanto, se obtiene una visión multidimensional de la empresa.
Requisitos para que el proceso de Performance Manager sea eficaz
Para asegurarnos de crear una estrategia exitosa de este procedimiento, debemos llevar a cabo las siguientes etapas:
1. Análisis. Hacer un estudio exhaustivo de cuál es el punto en el que se encuentra actualmente la compañía. A partir de ahí, marcar una serie de tareas a realizar que dirijan hacia donde se quiere llegar. También es primordial definir cuáles serán los procesos para lograrlo y quiénes serán las personas implicadas en cada uno de ellos.
2. Diseño. Trazar los nuevos procesos teniendo en cuenta objetivos específicos y siendo realistas con los recursos que la empresa tiene disponibles para ello.
3. Ejecución .Poner en marcha los procesos definidos previamente para poder ponerlos a prueba y localizar posibles fallos que puedan corregirse.
4. Evaluación. Conforme avance el proceso, será necesario analizar la evolución de los objetivos que se marcaron al principio, si se han cumplido o no y si los resultados han sido satisfactorios.
5. Optimización. Una vez se hayan obtenido los resultados, se podrán detectar cuáles son las fortalezas y debilidades, qué se está haciendo bien y qué se puede mejorar. Además, es importante aprender de los fallos y convertirlos en oportunidades.
Beneficios del Performance Management
A continuación, presentamos las principales ventajas de implementar este modelo de gestión corporativa:
- Eficiencia. Atraer y retener talento ayudará a que los procesos y los resultados sean más positivos.
- Competitividad. Formar a empleados cualificados para ser capaces de afrontar los procesos y compartir las buenas prácticas con sus compañeros. Crear un clima en el que prime la consecución de objetivos en busca de la excelencia.
- Toma de decisiones favorable. Dado que el equipo está formado por un grupo de personas con aptitudes altamente válidas para el puesto, es más probable que la mayoría de decisiones sean un acierto.
- Rentabilidad. Desarrollar una buena gestión del rendimiento ayudará a que los propios empleados se conviertan en embajadores de la compañía, y no hay mejor representante que una persona orgullosa de pertenecer a su propia empresa.
- Plan de desarrollo. Se trata de una herramienta útil para desarrollar la creatividad y proactividad de las personas, así como para innovar a la hora de marcar procesos de ejecución de objetivos.
Tendencias en gestión del rendimiento de personas
El alto rendimiento de los empleados es uno de los principales objetivos de la mayoría de las empresas, por ello, cada vez se preocupan más de poner en práctica metodologías que fomenten dicha productividad, como es el caso de las siguientes:
- Comunicación bidireccional. La base de una buena comunicación exige hablar y escuchar, exponer tu punto de vista y escuchar el de los demás.
- Cultura del feedback. Incorporar esta práctica en la cultura empresarial es esencial para mejorar los procesos internos. De esta forma se podrán detectar las fortalezas y las debilidades de cada persona y mejorar su rendimiento. Además, sirve para obtener una visión realista de la empresa, debido a que los empleados manifiestan sus necesidades, dificultades, imprevistos, etc. Gracias a esta información se podrán mejorar muchos procesos y tomar decisiones más acertadas.
- Personalización. Resulta vital entender la organización como un lugar donde poder desarrollarse, descubrir el talento e impulsarlo. Potenciar las soft skills y las hard skills. Las ventajas de esta forma de trabajar son múltiples: el empleado se siente libre a la hora de exponer sus ideas, el ambiente laboral es más cómodo y el trabajo en equipo fluye de forma positiva, en consecuencia, la productividad aumenta.
- Desvinculación de recompensas económicas. Premiar con una cuantía económica supondría reconocer los méritos de determinadas personas en concreto y no del equipo, por lo tanto, se perderían los objetivos comunes.
- Coaching. Analizar y diseñar una serie de estrategias para que las personas se sientan motivadas, ayudarles a adaptarse e integrarse. Se trata de la mejor forma de exprimir el potencial de los empleados y de adaptarse a los cambios de forma sencilla y segura.
En conclusión, el Performance Manager es un instrumento fundamental para gestionar al personal de una compañía con mayor eficacia y lograr que den lo mejor de sí mismos. Y es que, en gran parte, el éxito de una gran empresa reside en cuidar de sus empleados y ofrecerles un entorno excelente en el que desplegar su talento.