Implantar una cultura de reconocimiento dentro de una empresa es clave para mantener unos empleados contentos y con gran sentimiento de pertenencia a la organización. Esto se traducirá en una mayor productividad y, además, nos ayudará a retener a los mejores profesionales en la empresa.
El reconocimiento es una cuestión innata del ser humano y es que, desde que somos pequeños, buscamos que las personas que están a nuestro alrededor, como familia, amigos o profesores, nos reconozcan. Cuando vamos creciendo, esa necesidad de sentirnos reconocidos sigue ahí y acaba desplazándose a otros ámbitos, como el laboral.
El reconocimiento laboral es una fuente de satisfacción muy importante que provoca que los empleados se sientan felices llevando a cabo sus tareas. Además, para todos, ser reconocidos y valorados es una demostración clara de que nuestro trabajo es bueno y contribuye al éxito de la empresa.
Por ello, es muy importante que los responsables de las empresas sepan cómo incentivar y reconocer proporcionalmente los diferentes logros. Estas serían algunas alternativas para hacerlo:
Reconocimiento formal: se trata de un aspecto fundamental para construir una cultura de reconocimiento, y consiste en la elaboración de un plan estructurado y planificado en el que se determinan los reconocimientos a proporcionar por parte de la empresa según los resultados o logros obtenidos.
Habitualmente se trata de felicitaciones a un empleado por sus años en la empresa, por alcanzar los objetivos establecidos, por su buena labor o por sus aportaciones, entre otras, y conllevan algún evento por parte de la organización con el objetivo de celebrar esos éxitos conjuntamente.
Reconocimiento informal: el reconocimiento informal pretende reforzar el comportamiento del empleado de una forma simple y sin apenas coste. Este tipo de reconocimiento no requiere de ningún tipo de planificación ni de grandes esfuerzos, y puede realizarse por un mando intermedio.
Suelen ser en forma de palabras o gestos, que deben ser sinceros y si, además, son en público, consiguen aumentar el nivel de autoestima del empleado, y a su vez, sentirse respetado por sus compañeros.
Reconocimiento económico: un aumento de sueldo o un incentivo monetario suele ser el ejemplo de reconocimiento más común. Estos son muy efectivos, ya que fortalecen la satisfacción y aumentan la motivación. No obstante, usar solo este método a largo plazo puede perder eficacia.
Reconocimiento de desarrollo: un empleado que no observe posibilidades reales de ascenso sentirá que no es suficientemente valorado en la empresa. Por eso, a la hora de gestionar estos procesos se debe valorar la antigüedad del empleado y su fidelización hacia la compañía, entre otros.
El poder de la cultura del reconocimiento
Tener una cultura de reconocimiento en las empresas es muy importante, puesto que está demostrado que cuando se reconoce a las personas por su trabajo, estas siguen esforzándose cada día buscando nuevas metas en él.
Todo ello, ayuda a reforzar los comportamientos y acciones positivas entre los empleados de una compañía. Por eso, podemos afirmar que la implantación de una cultura de este tipo tiene efectos positivos. Estos son algunos de ellos:
- Poder de retención en los actuales empleados y mayor posibilidad de atraer talento.
- Incrementar los resultados positivos y éxitos de la empresa.
- Mejorar el compromiso de los empleados.
- Fomentar la cultura de la compañía.
- Generar un entorno laboral de confianza.
- Reforzar los valores de la compañía.
- Convertir en costumbre la valoración del trabajo de los demás.
- Aumentar la motivación de los empleados.
No obstante, no siempre las empresas promueven este tipo de cultura y eso, a medio largo plazo, tiene consecuencias negativas, tanto para los empleados como para la propia empresa.
La falta de reconocimiento por parte de la organización es uno de los problemas que más pueden afectar a los empleados, ya que no sentirse valorado por la compañía genera desmotivación y, en consecuencia, una menor productividad. Otro de los efectos negativos de la carencia de reconocimiento es la baja autoestima y el estrés al que puede estar sometido el empleado, y esto puede tener influencia en el absentismo laboral. Además, no valorar el trabajo de los empleados puede convertirse en un aliciente para que busquen en otra empresa aquello que les falta en la actual.
Por lo tanto, podemos concluir que la implantación de una cultura de reconocimiento en las empresas puede ser un aspecto clave para retener a los mejores profesionales, reducir el absentismo, aumentar la productividad y aumentar el compromiso del personal, y es que no hay nada más importante que tener a los empleados contentos.